¿Recuerdan a la lechera del cuento? La que soñando un mundo irreal –aunque posible-, se vino arriba, olvidó las circunstancias y dio al traste con lo necesario para alcanzar su objetivo, la leche, y de paso con los propios sueños. De ahí debe venir lo de llorar por la leche derramada, cuando ya es tarde […]

No llorar sobre el agua derramada
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