El verano es un tiempo de nuevas experiencias y nuevas compañías. Es un tiempo en que se rompe la monotonía del trabajo, del estudio y, también en los jubilados, es un tiempo donde aparecen con más fuerza los nietos con sus travesuras, sus golpes de gracia, sus peleas y el poder contemplar el mundo a través de sus mentes todavía no contaminadas por las redes sociales, ni por la palabrería de tantos tertulianos, por poner solamente dos ejemplos. Es un “tiempo nuevo” para realizar cosas que antes hacíamos y que habíamos olvidado.
Así, este verano he ido con mis nietas de cinco y tres años al cine. Fue una tarde maravillosa, que junto a mi mujer y mi hijo (padre de las niñas), compartimos la película Del Revés 2. En un cine destartalado, en un pueblo de Ávila, con muchos niños alrededor y comiendo palomitas vimos esta maravillosa historia. Es una película de dibujos animados para adultos. Mis nietas estaban impresionadas por el colorido, la música y el rico sabor de las palomitas. Es una película para que los niños disfruten y los mayores aprendan. El espectador, como en la propia existencia, va pasando de la ternura, a la angustia, para terminar con una sonrisa, al comprobar el poder de los sentimientos, que son el gran motor de la vida.
En Del Revés 1 Riley, la protagonista de la película, es una niña de 11 años que se traslada a otra ciudad con sus padres. Lo más importantes no son las ideas, sino las emociones y aunque a veces se produzca el caos, siempre las emociones son el punto de partida y de llegada de la felicidad. Se plantea el interjuego de las emociones primarias: alegría, tristeza, miedo, asco e ira.
En Del Revés 2 Riley se ha hecho mayor y ha comenzado su proceso hacia la adolescencia donde aparecen nuevas emociones: ansiedad, envidia, vergüenza y aburrimiento.
La ansiedad, emoción protagonista de este periodo de la vida, es una carga de energía desbordante que se dedica a poner a prueba a Riley ante situaciones nuevas. Refleja muy bien el sentimiento de inmediatez del adolescente que quieren conseguir las cosas ya, sin tener en cuenta al otro. Puede manifestarse con síntomas físicos como nerviosismo, sudoración y palpitaciones. La ansiedad está vinculada a la anticipación de eventos negativos (Rilay piensa que no va a ser elegida para el equipo de hockey) o amenazantes.
El aburrimiento se experimenta cuando nos encontramos en situaciones monótonas o carentes de interés. Es muy gráfica la imagen del personaje en la película tumbado y con el móvil en la mano.
La vergüenza es un sentimiento de autocastigo que surge cuando consideramos que algo en nosotros está mal o es imperfecto. En definitiva, es un sentimiento de aversión hacia nosotros mismos de cómo nos vemos o pensamos que los otros nos ven.
La envidia surge cuando deseamos lo que el otro tiene, ya sea su cultura, sus características personales o sus posesiones. Puede generar sentimientos de indefensión y resentimiento.
¿Cómo gestionar las emociones?
En primer lugar, hay que señalar que no existen emociones positivas y negativas, sino que todas nos ayudan a adaptarnos a las nuevas situaciones o bien nos ayudan a crecer psicológicamente. Por esto, podemos afirmar que existen emociones agradables (alegría, etc.) y emociones desagradables (envidia, vergüenza, etc.). Pero, es cierto, que las emociones de gran intensidad nos pueden dificultar nuestro crecimiento psicológico y por esto debemos aprender a gestionarlas, no a suprimirlas.
Para ello, lo primero es reconocer la emoción (“estoy rabioso”, “tengo vergüenza”, etc.) y después valorar en qué grado la estoy sintiendo para poder regularla.
Moraleja
La moraleja de esta historia es que todas las emociones son útiles y necesarias. En la película la propia ansiedad afirma: “yo sólo quiero que Riley sea feliz”. Lo que ocurre es que la ansiedad, en ocasiones, lo que provoca es lo que quiere evitar: el fracaso. Riley llega a padecer un ataque de pánico que la bloquea.
Por esto, no es bueno que una sola emoción dirija nuestra vida, incluso aunque sea la alegría, sino que hay que trabajar en equipo y que todas las emociones aporten su granito de arena para conseguir la felicidad. De la misma forma, no es bueno que sólo recordemos los buenos momentos, sino que también tengamos presente los malos. Es lo que hace Alegría, al final de la película, al recuperar “todas las canicas del pasado”, que representan los buenos y malos recuerdos. Podríamos afirmar que una ansiedad extrema es negativa, pero también una alegría extrema nos puede llevar a una falsa imagen de uno mismo. Es lo que indica el abrazo comunal final de alegría, miedo, asco, ira, tristeza, envidia, aburrimiento, vergüenza y ansiedad.
Final
Al terminar la película mis nietas Sofía y Lucía comentan lo buenas que estaban las palomitas y que en algún momento habían sentido miedo, sobre todo la más pequeña. Me imagino que por sus mentes pasan los múltiples colores de la película y como al final la niña Riley se encuentra feliz con sus padres; también me imagino a Sofía y Lucía con 11 años inmersas en un torbellino de emociones y espero y deseo que sepan gestionarlas con la ayuda de sus padres… y de sus abuelos.
Por Alejandro Rocamora, psiquiatra
Fotograma de la película Del Revés 2 de Disney Pixar
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