Te llamo para que me aportes todos los datos de la historia de mi padre.
¿Y eso?
Hemos pensado presentar una denuncia, porque mi padre se ha muerto en el hospital, pero se fue de la Residencia en muy mal estado.
Lo siento mucho, sabes que le apreciábamos. Os llamamos para explicaros cómo estaba y cuáles eran las opciones.
Sí, pero de allí salió muy mal, y ahora queremos denunciar.
…
Salir del atolladero
Conversaciones como esta ponen “los pelos de punta” a los profesionales sanitarios. Salir de este atolladero es complejo, porque una vez que han hablado mal de ti, ¡a ver cómo se recupera la imagen! Se habla de medicina defensiva cuando los médicos hacemos las cosas más para que no nos denuncien y no nos metan en líos, que porque de verdad pensamos que es lo mejor que podemos hacer.
Hay varias opciones terapéuticas, es cierto. Con las personas que presentan una demencia avanzada o un estado confusional que no les permite tomar las riendas de su enfermedad, la familia juega un papel fundamental, sobre todo en nuestra cultura y cuando la persona está en una residencia.
Nos volvemos defensivos
A menudo, con algunas familias que desconfían permanentemente de nosotros, por causas que nada tienen que ver con el arte médico, nos volvemos más “defensivos”, nos decimos: “le envío al hospital, aunque sé que el desenlace va a ser semejante en la residencia”, “le añado tal o cual tratamiento, aunque sé que la eficacia en el momento de la persona que ha enfermado de gravedad, va a ser inútil”, y así, hasta ciento.
Tal vez, los médicos y médicas hemos de ser mirados con un poco más de confianza y compasión. Tenemos que mejorar en muchos aspectos, es mucha nuestra responsabilidad, así es. Hay casos de flagrante negligencia, pero tantos otros, ¿no persiguen otros intereses o esconden otros malestares?
Rosa María Belda Moreno