En muchas de las tradiciones antiguas, el aire juega un papel primordial en la creación del universo y de la humanidad. Las antiguas sociedades agrícolas, dependientes de la alternancia entre estaciones secas y lluviosas, prestaban especial atención a la acción del viento que posibilitaba el movimiento de las nubes y la llegada de la lluvia. […]

Sopló en su nariz un aliento de vida (Gn 2,7)
Contenido exclusivo para usuarios registrados
Debes iniciar sesión para ver el contenido completo de este artículo.