Recientemente se ha celebrado la COP26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, en la ciudad de Glasgow, en la que se han analizado los problemas que presenta el mantenimiento de nuestro planeta y las posibles soluciones.
La principal conclusión es que el planeta está enfermo, gravemente enfermo, casi en situación crítica y frente a ello se aplican cuidados paliativos, de mejora de algunos aspectos, pero no se plantean soluciones más drásticas para curar al enfermo, a nuestro mundo.
La bioética como propuesta antigua
Soluciones drásticas que pasan por la ética, o si se afina más por la bioética. Porque es preciso señalar que el término bioética surge en 1927, cuando publica Bioética, Un análisis de la relación ética de los seres humanos con los animales y las plantas. Jahr, alemán, pastor protestante y profesor, pasa por ser el padre de la bioética europea, entrevió cómo se podía alterar la relación entre la especie humana y las otras especies, y toma como base a Kant, proponiendo un “imperativo bioético”, enunciado como “Respeta por principio a cada ser viviente como un fin en sí mismo y trátalo, de ser posible, como a un igual”. Su pensamiento quedó en el olvido y de hecho cuando en 1971, Van Rensselaer Potter, publica un artículo y posteriormente su libro paradigmático, Bioethics: Bridge to the Future, no se hace mención a su figura al enunciar el término bioética. Sin embargo, la importancia que adquirió Potter como padre de la bioética, en una concepción de ética global, en una ciencia de la supervivencia, que considerara también a las futuras generaciones, también quedó eclipsada ante la fuerza y el empuje que adquirió la deriva clínica promovida por Helleger y el Instituto Kennedy de Bioética.
50 años de la bioética global de Potter
Ahora a los 50 años de la publicación de Potter, entrevemos la importancia de su mensaje al ver como nuestro planeta languidece, pero también como languidecen las relaciones personales y el tener un pensamiento más allá del inmediato. Es importante recuperar el pensamiento y el legado de Potter como una potente línea fuerza, para fomentar un modelo ético de relación con el medio.
Bioética como respeto a la realidad
También se hace preciso recuperar el pensamiento de Jahr, y su planteamiento desde la ética kantiana. Así lo hizo el Prof. Diego Gracia en XV Congreso Nacional de Bioética de la Asociación de Bioética Fundamental y Clínica, en la conferencia de clausura del mismo. El Prof. Gracia recuperando al Kant de sus primeros escritos y anotaciones, indica la importancia que tiene la realidad, como expresaba el padre de la ética moderna, y la realidad es el medio en el que nos desarrollamos y expresamos y con la que nos relacionamos. Por lo que se convierte en un imperativo de actuación cuidar el medio, respetar el medio, fomentar que no se deteriore. Porque frente a las dos concepciones del ser humano en el mundo (y ambas en el libro del Génesis), una de dominador y otra de cuidador ha prevalecido la del dominador con una actuación depredadora y esquilmadora del medio, y tenemos que recuperar la función de cuidadores como también nos recuerda el Moshe Bendahan de la comunidad judía: ‘Observa todo lo que hice por ti, ten cuidado con no dañar mi mundo, porque si lo alteras no hay quien lo pueda componer’.
También las religiones
Moshe Bendahan partició en la Jornada que tuvo lugar en La Fundación Pablo VI, una jornada de reflexión sobre el cambio climático y posibles actuaciones en la que ha reunido a representantes de las diversas religiones, con la pregunta de cuál es el compromiso de las religiones respecto al cambio climático, en la que se constató una preocupación universal por esta situación y sobre todo por las consecuencias para los países y personas más pobres y necesitadas que tienen menos probabilidades de sobrevivir. Deberíamos no olvidar que un compromiso religioso es también cuidar de la naturaleza.
Todos debemos ser sanitarios para este planeta agonizante y es una tarea que no admite demoras.
Francisco Javier Rivas Flores