Una de las cosas que más diferencia a unas personas de otras es la gestión de su tiempo, lo que hacen con sus 24 horas del día. Siempre te encuentras gente agobiada que dice con frecuencia “que la vida se le queda pequeña y que no llega a todo lo que tiene que hacer”.
Priorizando desde el corazón
Yo, que me confieso bastante organizada, suelo tener tiempo para todo lo que me interesa, siempre que no sea ordenar cajones, hacer limpiezas profundas y recoger alguna cosilla pendiente.
Una avería importante que he tenido ahora en mi vida, ha sido el dichoso covid, que nos ha tenido ingresados a mi marido y a mí en el hospital y eso ha hecho que uno de mis hijos tomara nuestro hogar al asalto y haya trasladado su residencia a nuestra casa, para aislarse de sus hijos pequeños y no contagiarles de lo que le podríamos haber contagiado nosotros, mientras nos hacía de canguro de sus padres.
Y, en su ánimo de protegernos y ante lo desvalidos que nos veía, ha dado la vuelta a la casa, ha lavado toda la ropa, nos ha encontrado los agujeros negros que tiene todo hogar y ahora me ocurre que no encuentro nada de lo que tenía en su sitio desde tiempo inmemorial… La verdad es que agradezco profundamente su buena voluntad por ayudarnos, pero yo no tenía ninguna intención de renovar todos los escondrijos de la casa.
Me organizo bastante bien con mis cosas
Estoy al día en contestar cartas, cosa que hago en cuanto las recibo y estoy al día de correos. Hasta tuve tiempo ha hacer las felicitaciones navideñas personalizadas. El armario de la plancha siempre tiene algo pendiente y no dejo que se me acumule mucho. Hago listas y listas de todo lo que tengo pendiente y me las encuentro en todos los bolsillos y rincones de la casa y libros, así no se me olvida nada. Hago la compra, programando menús y planes, y tanto mi marido como yo, somos organizados y nos planificamos bastante bien.
Cada día tengo tiempo para pensar, para rezar y ordenar mi día, para estar a solas conmigo y con Dios, que eso para mí tiene mucho que ver con mi armonía y estabilidad, y me queda tiempo para contestar sms, que es una forma de estar cerca de la gente que quiero y que cuido. Esa es una parte importante de mi vida, que con el whatsap “hago familia”, cuido las amistades, mantengo relaciones y me vinculo a diferentes grupos de pertenencia. Es un invento que me acerca a la gente y me ayuda a promover actividades solidarias.
Tengo tiempo para cuidar mis plantas, que las tengo bonitas y me lo agradecen, alegrando mi casa, con su belleza y lozanía. Me gusta también regalar plantitas pequeñas, que se me da muy bien reproducirlas y, como dicen mis vecinas, si planto un lápiz, me echa flores.
Procuro ir a visitar a gente. Ahora con la pandemia lo he interrumpido, pero también es algo que cuido y practico, visitar vecinas y gente cercana. También tengo tiempo para pintar, para hacer alguna manualidad, para coser, para cocinar, para darme un paseo con mi marido, para ir a tomar un aperitivillo, para quedar con los amigos, para gozar de las pequeñas cosas de la vida como leer, rezar, hacer punto, ir de compras, ver repanchingada un programa de televisión, echarme la siesta, pasear, ir a clase y vivir intensamente la vida.
Mi secreto
Un secreto importante de mi descanso es que vivo muy abandonada en Dios y procuro conjugar el plural, es decir, vivir con Él, y en Él y hacer muchas cosas contando con su fuerza y su presencia. Por ejemplo, le digo muchas veces: “Señor, que todo lo que me pase, me pase contigo”. Y si voy a hacer una tarea difícil, procuro hacerla con Él y en su presencia. Le digo: “Vamos a escribir esta carta difícil juntos”, y siento su presencia y su fuerza en mi actuar.
Una tarea importante en mi vida es salir a la calle a “hacer barrio”, que es a cuidar las relaciones los afectos, a gente nueva que viene y otros tenderos de toda la vida. Y tengo resultados bonitos. Por ejemplo, cuando estábamos los dos ingresados en el hospital, nuestra periodiquera nos escribió un mensaje de texto al móvil deseándonos sanación y cuidados.
Si veo algún tendero nuevo, con dificultades de lenguaje, como los chinos, les ayudo a hacer algún letrero en el ordenador o a alguna cosa que necesiten. La familia china que tiene una tienda frente a mi casa, nos pide que les cuidemos los niños cuando se van y yo les hago gestiones con el colegio, la policía o cosas especiales.
Tiempo para todo y para todos
Tengo tiempo personal y tiempo para los demás, el tiempo de los sms lo considero dedicado a los demás, pues me pone en contacto con la gente y grupos que quiero cuidar, y es un espacio fecundo de mi vida. Suelo escuchar a las personas con muchas quejas en este tema, pero yo estoy bastante satisfecha de la vida que llevo y me da tiempo a casi todo lo que quiero hacer.
El día del Festival Infantil de Eurovisión invité a mis nietos a merendar y a que lo vieran en mi casa. Les hice un chocolatito y lo pasamos genial, pues toda la vida he querido votar y verlo. Ellos mismos me votaron con mi teléfono y participé, disfruté más que nunca. Pasamos una tarde deliciosa juntos. Posiblemente, si no llegan a venir, habría pasado la tarde tonteando con la televisión sin hacer nada de provecho.
Esta mañana, tomando un café en un bar me ha salido un azucarillo con mensaje, que me decía: APROVECHA EL DÍA DE HOY, QUE SE TE ESCAPA… y así lo he vivido.
Ya he contado cómo vivo y cómo quiero vivir, con tiempo para el descanso, el ocio; y para mí, Dios y los demás. La verdad es que estoy bastante satisfecha del resultado.
Por hoy os dejo y os mando un abrazo.
Deja una respuesta