La Cruz Roja internacional fue creada por Herni Dunant cuando, en la batalla de Austria, Francia e Italia en Solferino (Italia) del 24 de junio de 1859, se planteó ayudar solidariamente a unos y otros heridos y moribundos. La intención inicial era la de tener un estatuto jurídico de neutralidad, de modo de ser inmunes a los ataques bélicos en el desarrollo de su trabajo. Dunant, a sus 41 años, emprendedor hombre de negocios de la burguesía de Ginebra, pensó invertir sus recursos en el campo humanitario.
Las atenciones del primer grupo de mujeres voluntarias que llenas de dulzura, bondad y compasión, prestaban a los soldados heridos, tienen mucho en común con las atenciones prestadas «con aquel afecto que suele tener una madre amorosa» según la Regla camiliana.
Dunant menciona y elogia con toda justicia a las mujeres lombardas que cuidan con amor materno a los heridos y a los enfermos. Al año siguiente, reúnen en Ginebra un comité que se compromete a realizar los ideales que llevarán a la creación de la Cruz Roja.
Los camilos consideran que «los enemigos, en cuanto heridos, son hermanos», y también estuvieron en la batalla de Solferino, con su hábito y su cruz roja, como cuidadores incondicionales, particularmente en el morir.
El médico historiador Giorgo Cosmacini afirma: «La Cruz Roja ya estaba presente -ante literam- en Solferino, cosida al pecho de los «hermanos camilos», pródigos en atender a los heridos y a los enfermos por la guerra, sin hacer distinción alguna entre los pertenecientes a uno u otro bando de los contendientes». La adopción del emblema de la Cruz Roja sobre fondo blando como símbolo protector la estableció el Comité Internacional de Cruz Roja.
Wikipedia recoge el origen de la cruz roja de los camilos en 1591, 260 años del nacimiento de la Cruz Roja, que brilló en los campos de batalla como signo de fraternidad. En 1959, en la guerra de unificación de Italia Henry Dunan, suizo, fue testigo del sufrimiento de la muerte de más de 45.000 soldados heridos y abandonados. De regreso a Ginebra, escribió un libro en el que propuso mejorar significativamente la asistencia que se presta a las víctimas de batalla, en recuerdo de la de Solferino. En 1863 el Comité Internacional de la Cruz Roja eligió el símbolo como único distintivo, con respaldo jurídico, para evocar a los servicios médicos y voluntarios que prestaran auxilio en las batallas, que coincide con la forma de la bandera suiza invirtiendo sus colores.
Los principios de los camilos son los que llevan a curar con ternura materna, respetando la dignidad de las personas, sin ninguna distinción, con genuina compasión evangélica, que se traduce en un movimiento humanizador y en una conducta solidaria merecedora del nombre de «los padres de la buena muerte». Los principios de la Cruz Roja son la humanidad, la imparcialidad, la neutralidad, la independencia y el voluntariado.
El logotipo de los camilos en España es la H de Humanizar, formada por un trazo vertical curvo negro (que representa a la persona sufriente), atravesado por una cruz roja evocadora del símbolo de los camilos en su hábito.
José Carlos Bermejo, director del Centro San Camilo y provincial de la Orden en España y Argentina
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