Recientemente Religión Digital, recoge un escrito de Leonardo Boff, ex franciscano pero persona muy comprometida con el mundo de los necesitados y de los que sufren injusticia, sobre el actual conflicto palestino israelí y las matanzas que se producen, sobre todo de los niños, los más vulnerables y frágiles de la sociedad. Su muerte supone cerrar el paso a una sociedad en lo que estos niños deberían crecer y realizarse y ser los ciudadanos del futuro, su muerte cierra esta posibilidad de raíz.
En estos días en los que se conmemora a los santos inocentes, mandados asesinar por Herodes para que su poder no peligrara, no puedo quitar mi pensamiento de que la figura de Herodes sigue estando muy presente en estos tiempos. No tenemos a Herodes entre los que acaban con la vida de los más pequeños, bien sea con armas o con negarles la posibilidad de su desarrollo como lo que pasa en la Cañada Real de Madrid, en el que siguen sin luz para iluminarse y calentarse.
¿Cuál es su significado?
Pero mi reflexión va un poco en lo que significa el título de este post.
Entendemos por Pathos la razón emocional, cordial y sensible y por logos la razón pensante, intelectiva. Nuestra época quiere hacer prevalecer el logos, frente al pathos, pero no alcanza a ver que nuestra especie se formó y fundó en torno al pathos, y no al logos. Nuestra humanidad se funda en la afectividad, y como nos muestra L. Boff, sobre todo con el desarrollo del cerebro límbico. Esta parte de nuestro cerebro es la que permite que los afectos, el cuidado se muestren de manera primaria. El logos, vendría después cuando se necesita conceptualizar lo que nos pasa, cuando necesitamos dar nombre a nuestros sentimientos. Afectividad que se muestra en cómo en las sociedades y grupos más ancestrales y antropológicamente más antiguos el cuidado ha sido el elemento diferenciador en relación con las otras especies, como lo muestran los enterramientos más primitivos. Además el cuidado y el afecto es elemento común a toda la humanidad, no hay grupo o pueblo que no lo muestre.
Pensar con el corazón
Hay una frase recogida por Boff, que narra cuando el psiquiatra Carl Jung estuvo en contacto con la etnia Pueblo de Nuevo México (USA), el represente de la etnia le expresa “ustedes están locos porque presumen de pensar con la cabeza. Nosotros, sin embargo, pensamos con el corazón”, lo que le abrió a entender la afectividad como motor de la humanidad, y que la pérdida de esta dimensión de sensibilidad y compasión ha sido el detonante de tantas guerras, holocaustos y genocidios, como lo que sucede ahora en gran parte del mundo.
Pathos para humanizar sin olvidar el logos
Entiendo que recuperar este pathos, nos debe llevar a una humanización de la sociedad, y también nuestra atención a los más vulnerables, representados también en nuestros pacientes, ancianos, residentes. Humanicemos desde el pathos, pero sin perder criterios, es decir también necesitamos el logos.
Por Francisco Javier Rivas Flores, médico y bioeticista
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