Es el nombre en español de la película “Don´t Look Up”, de Adam Mckay nominada a los Oscar a la mejor película, guion original, música y montaje en 2022. Es una sátira sobre el compartimiento de nuestra sociedad ante las grandes catástrofes.
Tema: un estudiante y un profesor de astronomía emprenden una lucha mediática para avisar a la humanidad de la llegada de un cometa que va a destruir la Tierra. Nadie les hace caso, ni siquiera la presidenta de los Estados Unidos, y la única recomendación es “no mires arriba”.
La lectura que podemos hacer de esta película tiene diferentes caras: una, es una denuncia a una clase política más preocupada por los intereses partidistas y personales que por el bienestar común; otra, el desinterés de la población por el planeta y, por último, pone de manifiesto el poder de los medios de comunicación.
Desde la psicología podemos afirmar que el mensaje es otro: en muchas ocasiones ante la adversidad personal (problemas con los hijos, problemas laborales, relacionales, etc.) lo que hacemos es “mirar hacia otro lado”. Ponemos en práctica el mecanismo de negación.
Negación
Es el mecanismo de defensa más arcaico del yo. Es el primero que aprende el niño: “yo no he sido” afirma rotundamente cuando la madre le regaña por haber roto un juguete… en su presencia. Es también el mecanismo que el ser humano utiliza ante un acontecimiento trágico: una muerte, un diagnóstico mortal, etc. Se responde: “no puede ser”, “mi hijo no”. Es una actitud evasiva ante un problema. El mensaje profundo es: “si yo hago como si esto no fuera… entonces no será”. Es una actitud inmadura e infantil, que no resuelve. No obstante, es comprensible esta actitud negadora en los primeros momentos de la crisis, pero se puede convertir en patológica si perdura largo tiempo.
A este respecto recuerdo un anuncio que había en la TV hace unos años: un amigo le dice al otro algo así como: “este fin de semana vi a tu hija fumando un porro”. A lo que el otro de forma rápida y contundente contesta: “No, mi hija no”. No pide más detalles, sino que rechaza absolutamente esa posibilidad. Está negando algo que a lo mejor es cierto. La actitud más sana hubiera sido agradecer la información e investigar el posible consumo de su hija.
Ante la adversidad, pues, la actitud sana, no es “no mires arriba”, sino todo lo contrario: “mira de frente” y analiza las posibilidades y límites. Es la mejor forma de resolver una situación conflictiva. Y si no puedes hacerla frente, al menos no te engañes y toma conciencia de que “no estás mirando al problema”, sino que estás mirando a otro lado.
(Imagen, Getty Images).
Alejandro Rocamora