Les confieso un secreto. Tengo en la nevera píldoras salvadoras. Con los años almaceno diminutas instantáneas, vídeos, canciones, poemas, risas, frases, etc. cuya enormidad reside en cambiarme el ánimo. Casi nada.
Un tesoro infalible para compensar el telediario, una pésima respuesta, una zancadilla accidental, el dolor inesperado o arreglar un mal día. Aunque lo que más me maravilla es que su poder se multiplica con tan solo compartirlo. Me explico.
El congelador reparador
Hace algunos días me tropecé trasteando por Facebook con un vídeo viral bajo el comentario “Lo mejor que vas a ver hoy” y no se equivocó, de hecho me cambió el día y cada vez que lo recuerdo vuelvo a hacerle la ola. Por eso ya lo conservo en el congelador reparador.
En medio minuto se ve un grupo de niños jugando al fútbol en un patio, el balón va y viene hasta que se lo pasan a un compañero con andador dentro de la maraña. Él lo mira y sabe que es su momento, escucha los ánimos, lanza a una imaginaria portería y marca. Entonces todos corren a él, le abrazan y la alegría alcanza lo épico desgañitándose en un “¡¡GOOOOOOOLLLLl!!!!” como si les fuera la vida en ello.
«Uno para todos…»
Y es que les va la vida en ello, en ese abrazo que todo lo abarca, en esa felicidad que roza la eternidad, en esa fraternidad que les integra en la unidad de equipo, en ese SER todos uno: “uno para todos y todos para uno” como inmortalizó Alejandro Dumas en Los tres mosqueteros.
Son nuestro futuro
Reconozco que me vengo arriba mientras lo escribo. Cómo no sucumbir ante tal gesto de esperanza y de confianza en el género humano. Este puñado de críos son nuestro futuro y conviene recordarles que, gracias a instantes como este, nos demuestran que son grandes personas sin pretenderlo.
Ojalá con los años no se contaminen con la rivalidad, la lucha de poder, la envidia, las diferencias o el no verse en el otro como en un espejo, porque en esencia somos iguales. Mirémonos en esos niños y encontremos en ese abrazo, la pasión y la fuerza para seguir jugando en este partido que es la vida. Cuidándonos en la convivencia interdependiente, queriéndonos, siendo generosos y alegres.
Cuida de mis sueños
Otro día les hablo de otra de mis pastillitas milagrosas, como el tema que estoy escuchando de fondo cantado por Jorge Drexler y Pedro Guerra: “Cuídame”. Por si quieren quedarse con la sonrisa puesta y tarareando su estribillo, como estoy haciendo yo.
Cuida de mis sueños
Cuida de mi vida
Cuida a quien te quiere
Cuida a quien te cuida
No maltrates nunca a mi fragilidad
Yo seré el abrazo que te alivia
Yo seré el abrazo que te alivia
(imagen, Pixabay)
Gema Moreno