Querer es poder: reinventar el verano.
Pese al molesto bichito o gracias a él, los españoles tenemos muchas ganas de viajar. El 80% a la naturaleza o a la playa. Según la escritora Begoña Ruiz Hernández, “Este verano no va a ser aconsejable hacer viajes largos a lugares remotos, por lo tanto tendremos que explorar lo que tenemos más cerca. (…) Como la visita a El Berrueco, (…) situado entre las provincias de Salamanca y Ávila, es digno de visitarse”.
Rincones de ensueño
Son muchos los lugares seguros y atrayentes a lo largo de la geografía española. Sin ir más lejos, Zuera (Zaragoza), cuyas calles están siendo remodeladas y vueltas accesibles; o Fómoles, en el Matarraña turolense, con su riqueza medioambiental, su cerveza artesana y su vino espumoso. Seguiremos un orden.
Aragón es una tierra de contrastes. Zaragoza provincia con Campo de Cariñena; Calatayud –antigua Bilbils–, el poeta latino Marcial y la Colegiata de Santa María la Mayor; Fuendetodos y Francisco de Goya; Alhama y sus aguas termales; Tarazona y su catedral mudéjar recién remodelada; Pedrola y los pasajes del Quijote; el monasterio de Veruela, Gustavo Adolfo Bécquer y tantos encuentros de poetas… La provincia de Huesca, del desierto de Los Monegros al Pirineo; donde se dan la mano naturaleza, deporte, aventura, diversión en familia y amor al arte. En la que contemplar las Lágrimas de San Lorenzo, desde el Planetario o mirando al cielo las noches de agosto; o el inolvidable valle de Benasque, con sus múltiples tres miles y sus praderas paradisiacas. Y Teruel, con la sierra de Javalambre, la mágica Albarracín, el castillo de los Calatravos de Alcañiz y tantos rincones no por ignorados menos bellos. O la columna del Torico, en la capital, a día de hoy también representado en un inmenso mural compuesto por 1800 fotografías.
Dada la situación actual, muchas páginas web describen los lugares más seguros a nivel nacional. Las hay que van recorriendo de Asturias y Cantabria, pasando por Madrid, a las playas del sur: Picos de Europa (Covadonga o Cangas de Onís), camping de El Escorial, Sierra Norte o valle del Tiétar, playa de Los Muertos en Almería, Potes, Santillana del Mar, Comillas… Otras, amplían el itinerario por todo el Norte, Castilla León, Castilla La Mancha, Levante y las islas.
Destinos ideales este año son el Camino de Santiago a través de sus albergues o la Mesa de los Tres Reyes, el pico más elevado de Navarra. También Viajeros Sin Límite, que ha programado viajes a diferentes puntos del planeta, nos propone apartamentos accesibles en España, la provincia de Huelva o la comarca del Bajo Martín y su observatorio de buitres, en Teruel.
Nuestras raíces
Ocio y vacación es también poder disfrutar de la cultura. Así, las lenguas autóctonas; la danza –Festival Trayectos a finales de agosto en Zaragoza–, o el teatro: Silvia de Pé representará en el Teatro Español de Madrid, el próximo enero, La carne, de rosa Montero. Y la pintura, como Las Meninas de Velázquez. Contemplar con placer los ya citados Planetario oscense o la catedral de Albarracín son asimismo asueto. Y no olvidemos el cine. El primer autocine, cine visto desde el coche en una gran pantalla con el sistema de audición del propio vehículo, se traería de Estados Unidos al cine Barajas de Madrid por el aragonés Pepín Bello; tras el Festival de Cine de Huesca, este verano se puede disfrutar en Denia y Mutxamel (Alicante), Valencia, Gijón, Torrelavega (Cantabria), Vizcaya y Madrid. Santiago Segura Acaba de estrenar “Padre no hay más que uno 2” en varios cines españoles; y la serie “Patria”, basada en la novela de Fernando Aramburu, es llevada al Festival Internacional de Cine de San Sebastián y al canal televisivo HBO Europe.
Cultura y vacación es también la gastronomía. Léase el Mejor Vino 2020, el Gran Reserva Fondillón Brotons 1964, de Villena (Alicante); o las mejores tapas mallorquinas. Al igual que la cerámica tradicional de Muel –talleres de Rubio, Bazán y la Huerva–, en Zaragoza; el lince y otra fauna, las leyendas de brujas y el Ibón de Lacuniacha, en el valle de Tena (Huesca); o la reedición y relectura de un clásico vallisoletano universal, como Miguel Delibes.
Vamos a ser mejores
Tenemos que reinventarnos, quizá sea la mejor opción. Este año los españolitos gastamos menos de seiscientos euros por persona, las madres siguen renunciando más que ellos a empleo y reposo por disfrutar un tiempo los hijos, RENFE bajaba un 65% los billetes del AVE y se crean nuevos juegos, como El monstruo de colores, para la educación sentimental de toda la familia.
El cambio ha de partir de cada uno de nosotros. Afirmaba la pintora Lita Cabellut en reciente entrevista: “Lo que me ha dado a mí la covid ha sido la certeza de que tengo demasiado, me sobran muchas cosas… (…) Me decía: «He estado cinco horas de concentración maravillosas, y ahora me voy a pasar dos horas leyendo…»”. Y la gran escritora Isabel Allende, en enlace que circula estos días por Facebook, nos estremece: “Desde que murió Paula (mi hija), hace 27 años, he perdido el miedo a la muerte. (…) Ahora, si me agarra el virus, pertenezco a la población más vulnerable, la gente mayor, tengo 77 años y sé que si me contagio voy a morir. (…) la veo con curiosidad y sin ningún temor. (…) ¿Qué crees que la pandemia nos enseña a todos? Nos está enseñando prioridades y nos está mostrando una realidad. La realidad de la desigualdad”.
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