No todos los días son iguales en el calendario musulmán. Los del noveno mes son los más especiales. Y lo son porque, según la tradición islámica, se celebra que la palabra de Dios baja a la tierra y las puertas del cielo se abren más que nunca para los fieles. Es el Ramadán, el mes sagrado para la comunidad islámica, que en España empezó ayer 13 de abril y terminará el 12 de mayo. 30 días en los que musulmanes y musulmanas deben, entre otras cosas, ayunar desde que sale hasta que se pone el sol. Pero el Ramadán significa mucho más que ayuno riguroso. Con ayuda de la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes, repasamos seis puntos clave para entender mejor este mes importantísimo que apenas comienza.
¿Qué es el Ramadán?
El Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, un mes de ayuno y oración, pero también de solidaridad y generosidad. El calendario musulmán es lunar. Por eso las fechas en que tiene lugar esta celebración cambian cada año y varían entre los 29 o 30 días dependiendo de cuándo se ve por primera vez la luna creciente. Es considerado un período de veneración y respeto, porque coincide con el aniversario de la primera revelación del Corán —el libro sagrado del islam— al profeta Mahoma. Este hecho se recuerda especialmente durante la Lailat ul Qadr o Noche del Destino, que para la comunidad islámica es el día más importante de todo el año, porque es cuando sus buenas acciones obtienen mayores recompensas. Se celebra uno de los últimos diez días del mes.
Según los preceptos islámicos, durante las horas de ayuno (las horas de sol) no se puede comer, beber, vomitar intencionadamente, fumar, masturbarse, tener relaciones sexuales o hacer conscientemente algo que invalide el ramadán. La abstinencia no solo tiene un sentido religioso. También es una cuestión sanitaria, mental y moral, puesto que se cree que purifica el cuerpo, fortalece la voluntad, hace empatizar con quien no tiene comida y estrecha los lazos familiares y comunitarios.
“Comúnmente, el Ramadán se conoce por el ayuno, pero en realidad va mucho más allá. Es un mes de reflexión, de espiritualidad, de ver qué hemos hecho el pasado año y cómo podemos mejorar en este, de ayudar a las personas de nuestro alrededor y de tener empatía”, explica Ahmed Khalifa, presidente de la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes.
¿Cuándo se celebra este año?
La fecha puede variar un día de un país a otro. En España, este año será del 13 de abril al 12 de mayo, pero en Marruecos, por ejemplo, empieza un día más tarde, el 14. Además, todos los años se adelanta unos doce o trece días respecto al año anterior. Por ejemplo, en 2022 comenzará a principios de abril.
Finalizado el Ramadán se festeja el Aíd al Fitr o Fiesta del Fin del Ayuno, que este año tendrá lugar el 13 de mayo. Ese día, además de rezar, se acostumbra a hacer regalos a los niños, llevarles al cine, vestirles con ropa nueva y visitar a familiares y amigos. No obstante, las costumbres cambian dependiendo del país y la zona, y esta fiesta puede celebrarse de manera un poco diferente.
Entre el día 26 de Ramadán y el rezo del Aíd al Fitr es prácticamente obligatorio hacer una donación a alguna persona necesitada. Antiguamente —y todavía hoy en muchas zonas rurales— se entregaba directamente comida (al menos cuatro manos llenas de alimentos como pasas, dátiles, grano o queso). Lo normal ahora es pagar una cantidad simbólica de dinero. En España, por ejemplo, se suelen dar cinco o seis euros, cuenta Khalifa. De lo que se trata es de preocuparse por los demás y compartir en lugar de acumular, como mandan los preceptos islámicos.
¿Todo musulmán debe ayunar?
No todo el mundo está obligado a hacer ramadán. Los niños y niñas pequeños; las personas muy mayores, enfermas, con mala salud o en tratamiento médico; o quienes estén de viaje o su trabajo les exija mucho esfuerzo físico están exentos. También las mujeres con la regla, en avanzado estado de gestación o que hayan dado a luz recientemente. En general, cualquier persona a la que por su estado de salud o su situación no le convenga ayunar no tiene por qué hacerlo. Para los que sí lo hacen, el ayuno comienza antes del amanecer y termina al ponerse el sol. La hora exacta en que empieza o acaba depende del movimiento solar, por lo que puede variar ligeramente cada día.
¿Se puede comer o beber algo durante el día?
Siempre que sea entre entre el ocaso y el alba, no hay problema. Se puede comer o beber todas las veces que se quiera, aunque las comidas principales son dos: fotúr o iftar cuando oscurece y sohúr antes de que salga el sol.
El fotúr o iftar es la comida fuerte del día, una especie de gran cena en familia que sirve para reponer fuerzas. Así que nada de cosas ligeras o que no sacien el hambre. Hay que comer de forma contundente, completa y equilibrada. Lo habitual es optar por alimentos ricos en proteínas o con bastantes calorías, como leche, huevos, sopa, harina, azúcar, dátiles, frutas, verduras y carne. La casa se tira por la ventana este mes y no hay noche en que la mesa no esté llena de manjares. El sohúr es la última comida antes de volver a empezar con el ayuno otra vez y es fundamental para cargarse de energía de cara al día que está a punto de comenzar. Algo así como el desayuno, pero aún más importante. Es frecuente tomar café, pan, dulces y fruta, aunque, de nuevo, las costumbres dependen de dónde se viva.
Esas horas nocturnas entre el fotúr y el sohúr concentran gran parte de la actividad durante el Ramadán. Es de noche cuando se come, se está con la familia, se va a la mezquita, se ve televisión (el consumo televisivo bate récords este mes) e incluso se tienen reuniones de trabajo. “Los países de mayoría musulmana adaptan sus horarios para que la gente pueda resistir el ayuno sin cansarse tanto”, explica Ahmed Khalifa. Muchas oficinas y escuelas, por ejemplo, abren más tarde o cierran más temprano. En su opinión, lo más difícil no es aguantar tantas horas sin comer o beber, sino acostumbrarse al nuevo ritmo de sueño que impone el ramadán: «El cuerpo se vuelve un poco loco porque te levantas antes del alba para comer y luego intentas dormir un poco más. La falta de sueño provoca más cansancio que la falta de comida».
¿A qué hora se reza por última vez?
Ya de noche. Normalmente una hora y media después del fotúr. La mayoría de las musulmanas y de los musulmanes va a la mezquita y reza en grupo, aunque hay quien prefiere hacerlo en casa, solo o en compañía de alguien más. De hecho, puede que este año muchas personas se decanten por esta opción a causa de la pandemia. El año pasado las mezquitas estaban cerradas y no hubo alternativa. Este, algunas están abiertas, pero la Comisión Islámica de España (CIE) ha pedido a quienes quieran ir que tengan muy en cuenta el toque de queda que tienen algunos municipios, no sea que la vuelta a casa se complique. “Con el toque de queda, hay que volver a los domicilios y se pierde un poco ese contacto físico con amigos y familiares. Se vive de manera diferente, pero el espíritu es el mismo”, asegura Khalifa.
¿Qué hay del Ramadán en España?
En el mundo hay aproximadamente 1.800 millones de practicantes del islamismo, según datos de 2011 del Centro de Investigaciones Pew. La mayoría viven en el norte y centro de África, Oriente Medio, Oriente Próximo y el sur del sudeste asiático. En España residen casi dos millones (1.993.675), en torno al 4 % de la población total española, dice el Estudio demográfico de la población musulmana 2019. De ellos, el 42,5 % (847.801) son españoles y el 57,5 % (1.145.874), extranjeros.
Un acuerdo de cooperación del año 1992 entre el Estado español y la Comisión Islámica de España permite que sus miembros puedan solicitar durante el mes de ayuno finalizar su jornada laboral una hora antes de la puesta del sol e interrumpirla de 13:30 a 16:30 horas los viernes —día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes—, siempre y cuando las horas no trabajadas se recuperen después. Esto es la teoría, pero no la práctica, lamenta el presidente de la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes. La realidad es que muchos musulmanes ni siquiera saben de este acuerdo o aun conociéndolo, son pocos los que se atreven a pedir permiso a sus jefes. Según señala Khalifa, “quienes lo hacen al final dependen de la voluntad del empresario para concederles el permiso o no”. Hacer el ramadán no siempre es fácil cuando se vive en un país sin mayoría musulmana.
Y por último, una duda muy común entre los no musulmanes: ¿se debe felicitar el Ramadán? No hay ningún inconveniente, al igual que se felicita la Navidad a los cristianos o el Janucá a los judíos. Así que para todas y todos los que lo están haciendo en estos momentos: feliz Ramadán o, como se dice en árabe, Ramadán mubarak.
Laura Sanz-Cruzado (@laura__ese)
Foto Freepik
Deja un comentario